El mismo día, en dos lugares separados por 300 kilómetros de distancia, a dos policías les asignan investigaciones muy particulares. Pierre Niemans (Jean Reno), un hombre con experiencia y un instinto infalible para los casos criminales, viaja a Guernon, una ciudad universitaria de los Alpes, donde se ha cometido un violento asesinato. Mientras tanto, el joven y solitario Max Kerkerian (Vincent Cassel), un antiguo ladrón de coches cuyo amor al peligro lo llevó a ingresar en la policía, está investigando en Sarzac la profanación de un cementerio, especialmente la tumba de una niña que murió hace veinte años. Inesperadamente, se establece una conexión entre ambos casos.